Acordar un recorte mayor a 100 mil barriles en las negociaciones con la OPEP+, hubiera ofrecido al presidente una gran oportunidad para reconsiderar una política energética que se está volviendo muy onerosa en un momento en que el país enfrenta una recesión severa y que, además, hasta el momento no ha probado ser efectiva, consideró Citibanamex.
De acuerdo con un análisis realizado por la Dirección de Estudios Económicos del banco, México ha perdido una oportunidad única para efectuar una mejora significativa en su posición macro, ya que los retos macroeconómicos asociados con el mercado petrolero son autoinfringidos.
“Independientemente de si compartimos o no el argumento de seguridad energética y soberanía, un esfuerzo por incrementar el peso del sector petrolero en la economía (por medio de una compañía cuyos problemas operativos no han sido resueltos) se antoja poco aconsejable, en nuestra opinión”, afirmó.
En este sentido, expuso que el cumplimiento con un acuerdo internacional podría haber permitido a Andrés Manuel López Obrador justificar el cambio de posición con el ala más nacionalista de su base de apoyo.
“Las decisiones en este frente son, no obstante, consistentes con nuestra visión de un presidente quien, enfrentado a un cambio mayúsculo de circunstancias, sigue creyendo que su curso de acción es el correcto”, precisó.
Asimismo, Citibanamex consideró que la política actual de México en materia energética de sustitución de importaciones tiene poco que ver con rentabilidad o eficiencia.
Y es que el peso de la industria petrolera ha caído y representa solamente 3.7 por ciento del PIB, contra 8.0 por ciento para los Estados Unidos, mientras que el balance comercial petrolero (incluye productos refinados) se volvió negativo a partir de 2014 y el año pasado registró un déficit de 21 mil millones de dólares.
“Estas cifras implicarían menor exposición que lo que generalmente se asume a las tribulaciones del mercado petrolero, esto es a menos que las políticas del presidente López Obrador para el sector se tomen en cuenta. El propósito central es reducir la balanza comercial negativa por medio de incrementos en la producción de crudo y en la capacidad de refinación de Pemex. El propósito es promover seguridad energética y soberanía”.
Sin embargo, señaló que estos esfuerzos no involucran ningún cambio significativo en la estructura de costos de Pemex o en su eficiencia operativa, incluso, restringen la capacidad de la muy endeudada empresa para atraer más capital y tecnología por medio de farmouts.
“Todo ello implica una creciente necesidad de apoyos fiscales que son, sin embargo, vistos como insuficientes por el mercado para evitar una rebaja de calificación de Pemex a grado especulativo”, consideró el banco.